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“Americanah” de Ngozi Adichie, Chimamanda.



Novela que narra la vida de una nigeriana en EEUU y su regreso de vuelta a África. Envuelta en una historia de amor, trata la negritud, sobre todo, pero también el desarraigo, el amor y la evolución de las personalidades a lo largo de los años y experiencias. A través de Ifemelu y Obinze y temporalidades distintas, la autora nos va transmitiendo sus ideas sobre el racismo en el país del norte de una manera muy simple pero definida y sentida. Por cierto, el personaje principal escribe un blog sobre la raza y ya sólo por eso vale la pena leer el libro, aunque es claro, no es más que una excusa para decir lo que la autora quiere decir.

Dra. Eliana Ocampos


“Lagos, mediados de los noventa. En el marco de una dictadura militar y en una Nigeria que ofrece poco o ningún futuro, Ifemelu y Obinze, dos adolescentes atípicos, se enamoran apasionadamente. Como gran parte de su generación, saben que antes o después tendrán que dejar el país. Obinze siempre ha soñado con vivir en Estados Unidos, pero es Ifemelu quien consigue el visado para vivir con su tía en Brooklyn y estudiar en la universidad. Mientras Obinze lucha contra la burocracia para reunirse con Ifemelu, ella se encuentra en una América donde nada es como se imaginaba, comenzando por la importancia del color de su piel. Todas sus experiencias, desgracias y aventuras conducen a una única pregunta: ¿acabará convirtiéndose en una americanah?” “Americanah, es el término burlón con el que los nigerianos se refieren a los que vuelven de Estados Unidos dándose aires. Esta historia de amor transcurre a lo largo de tres décadas y tres continentes, pues en realidad es la que envuelve la historia de cómo se crea una identidad al margen de los dictados de la sociedad y sus prejuicios. Hay algunas novelas que cuentan una gran historia y otras que consiguen que cambies la manera que tienes de ver el mundo. Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie, consigue las dos cosas”.

Elisabeth Day, The Guardian

Chimamanda Ngozi Adichie nació en Nigeria en 1977. Pasó su infancia en la ciudad de Nsukka, sede de la Universidad de Nigeria, en una casa que anteriormente había sido habitada por el célebre escritor nigeriano Chinua Achebe. Su padre era profesor de estadística, y su madre trabajaba también en la universidad, como secretaria. A la edad de diecinueve años se trasladó a Estados Unidos con una beca por dos años para estudiar comunicaciones y ciencias políticas en la Universidad de Drexel, en Filadelfia. Posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut, en la que se graduó en 2001. Más adelante ha llevado a cabo estudios de escritura creativa en la Universidad John Hopkins de Baltimore, y un máster de estudios africanos en la Universidad de Yale. En 2003, mientras se encontraba estudiando en Connecticut, publicó su primera novela, “La flor púrpura”, que fue muy bien recibida por la crítica y recibió el Commonwealth Writers' Prize for Best First Book (2005). Su segunda novela, “Medio sol amarillo”, alabada, entre otros, por el escritor nigeriano Chinua Achebe, fue galardonada con el Orange Prize for Fiction.

Hay un fragmento muy interesante donde la autora hace referencia a la situación general de las personas de color en EEUU: “Queridos negros no estadounidenses, cuando tomáis la decisión de venir a Estados Unidos, os convertís en negros. Basta ya de discusiones. Basta ya de decir soy jamaicano o soy ghanés. A Estados Unidos le es indiferente. ¿Qué más da si no erais ‘negros’ en vuestro país? Ahora estáis en Estados Unidos”. No importa el lugar de procedencia, el color de la piel los unifica.

Es vieja y conocida la problemática que ha atravesado Estados Unidos con la segregación racial. Podemos remontarnos a lo que llamaron "White flight", fuga o huida blanca, donde se hace referencia a los años 60 y 70, cuando un gran número de ciudadanos blancos abandonaron el centro de las ciudades y se trasladaron a los suburbios. "Después de que los tribunales establecieran que la eliminación de la segregación racial requería la mezcla de razas en escuelas públicas, muchas personas blancas respondieron mudándose a los suburbios, donde todo el distrito era blanco y los centros escolares aún estaban segregados de facto", cuenta Ford, catedrático de Derecho en la Universidad de Stanford. Pero la realidad es que habiendo pasado tantos años, hoy la situación no ha mejorado. Sin ir más lejos podemos recordar la muerte de George Floyd al momento de su arresto en Minneapolis, Estados Unidos que encendió al país y volvió a poner de manifiesto el grave problema del racismo y la brutalidad policial.

En EE.UU. unas tres personas mueren a manos de los agentes del orden todos los días y las posibilidades de perder la vida de esa manera aumentan significativamente si, como en el caso de Floyd, se tiene la piel negra. Los afroestadounidenses constituyen aproximadamente el 12% de la población y tienen dos veces más posibilidades de morir como resultado de la acción policial que cualquier otro estadounidense. Y el riesgo es todavía mayor si se compara únicamente con la población blanca.

La muerte de George Floyd ocurrió el 25 de mayo de 2020 en el vecindario de Powderhorn, en la ciudad de Mineápolis, Minesota (Estados Unidos), como resultado de una práctica de abuso racial por parte de cuatro policías locales. En pocos días, el hecho generó una oleada de indignación y protestas a lo largo de todo Estados Unidos en contra del racismo, la xenofobia y los abusos policiales hacia ciudadanos afroestadounidenses en dicho país. Las protestas también se extendieron a otras ciudades del mundo. ​

Floyd murió por asfixia​ provocada por el agente Derek Chauvin (declarado culpable de homicidio el día 20 de abril de 2021), quien tras esposarlo y ponerlo boca abajo, y con la ayuda de los agentes Thomas Lane y J. Alexander Kueng, lo presionó contra el pavimento con su rodilla apoyada sobre el cuello de George Floyd durante 8 minutos y 46 segundos. Floyd, mientras era detenido, repitió varias veces que no podía respirar. ​ Mientras esto sucedía, el agente Tou Thao, también presente en la escena, se limitaba a observar y controlar a los presentes. ​ El suceso fue grabado con los teléfonos móviles de los presentes y difundido en diversas redes sociales. Los cuatro agentes involucrados fueron despedidos al día siguiente. Según algunos medios, Floyd fue arrestado por intentar hacer una compra con un supuesto billete falso de 20 dólares en una tienda de comestibles.

Chimamanda Ngozi Adichie ha podido plasmar en su historia de amor, las viejas problemáticas de la gente de color que por ser viejas, no dejan de ser actuales.


 

FUENTES.



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