El Dr. López Quintás es catedrático de filosofía en la Univ. Complutense de Madrid y por encargo del Ministerio de la Educación, dirige un curso de Ética.
El gran humanista y científico Albert Einstein nos hizo esta severa advertencia: "La fuerza desencadenada del átomo lo ha transformado todo menos nuestra forma de pensar. Por eso nos encaminamos hacia una catástrofe sin igual". ¿Qué forma de pensar hubiéramos debido cambiar para evitar esta hecatombe? Sin duda, Einstein se refería al estilo de pensar objetivista, dominador y posesivo que hizo quiebra en la primera guerra mundial y no fue sustituido por un modo de pensar, sentir y querer más ajustado a nuestra realidad humana.
Los pensadores más lúcidos nos vienen instando desde el período de entreguerras a cambiar el ideal, realizar una verdadera metanoia y superar el afán de poder mediante una decidida voluntad de servicio. Este giro fue realizado en círculos escogidos, pero no en las personas y los grupos que deciden la marcha de la sociedad. En estos siguió operante un afán incontrolado de dominio, dominio sobre cosas y sobre personas.
El dominio y control sobre los seres personales se lleva a cabo mediante las técnicas de manipulación. El ejercicio de la manipulación de las mentes encierra especial gravedad en este momento por tres razones básicas:
1) Sigue orientando la vida hacia el viejo ideal del dominio, que provocó dos hecatombes mundiales y no logra colmar hoy nuestro espíritu pues ya no podemos creer en él.
2) Impide dar un giro decidido hacia un nuevo ideal que sea capaz de llevar nuestra vida a plenitud.
3) Incrementa el desconcierto espiritual de una sociedad que perdió el ideal que persiguió durante siglos y no logra descubrir uno nuevo que sea más conforme a la naturaleza humana.
Si queremos colaborar eficazmente a configurar una sociedad mejor, más solidaria y más justa, debemos poner al descubierto los ardides de la manipulación y aprender a pensar con todo rigor. No es demasiado difícil. Un poco de atención y finura crítica nos permitirá delatar los trastrueques de conceptos que se están cometiendo y aprender a hacer justicia a la realidad. Esta fidelidad a lo real nos depara una inmensa libertad interior.
No basta vivir en un régimen democrático para ser libres de verdad. Hay que conquistar la libertad día a día frente a quienes intentan arteramente dominarnos con los recursos de esa forma de ilusionismo mental que es la manipulación.
Esta conquista sólo es posible si tenemos una idea clara de cuatro cuestiones:
1ª) Qué significa manipular,
2ª) Quién manipula,
3ª) Para qué manipula,
4ª) Qué táctica moviliza para ello.
El análisis de estos cuatro puntos nos permitirá al final discernir si es posible poner en juego un antídoto de la manipulación. Estamos a tiempo de salvaguardar nuestra libertad personal con todo cuanto implica. Hagámoslo animosamente.
CONTINUARÁ...
Prof. María Fernanda González Soler
Profesora de Lengua y Literatura
Coordinadora General de G.S. Consultora Educativa
FUENTE:
https://www.fundacionlopezquintas.org/
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