Su historia y evolución
Es necesario encontrar el equilibrio al usar los signos de puntuación, pues hay textos que ahogan al lector por falta de comas, mientras que en otros, el exceso es la estrella. Los signos de puntuación forman parte de nuestros textos desde la imprenta y no siempre han existido, pues en la antigüedad se escribía todo seguido y las palabras estaban todas juntas; era muy complicado interpretar los textos. Para eso nacieron estos signos, nos ayudan a entender y a concretar, y aunque muchos no lo sepan, han evolucionado con la lengua y lo seguirán haciendo, pues tenemos bien en claro que en la actualidad con aplicaciones como el WhatsApp, el uso de los mismos es bastante aleatorio.
Basta con observar algunos ejemplos, para descubrir que cambiando una coma de lugar, el sentido del texto se modifica, transformando un simple enunciado en una orden despiadada. Veamos algunos ejemplos sencillos que se encuentran circulando en redes.
Vamos a comer niños
Vamos a comer, niños
Acá la coma convierte un enunciado en una orden brutal
Solicito empleada inútil presentarse sin referencias.
Solicito empleada, inútil presentarse sin referencias.
Acá la ausencia de coma en el primer ejemplo denota ambigüedad y hasta resulta insultante.
Así lo expresó Microsoft Research Cambridge en el proyecto “The future of writing”, cuando analizó las tendencias y el futuro de la escritura desde múltiples puntos de vista, incluyendo un capítulo dedicado a la puntuación, “un rico mundo de símbolos que pueden cambiar nuestra percepción de la lengua escrita. Nunca pronunciados, están siempre en evolución”. Y así ha sido desde Aristófanes de Bizancio, de quien se cree que en el 194 a.C. trazó los primeros signos de puntuación. Aristófanes, a cuyo cargo se encontraba la Biblioteca de Alejandría, decidió incorporar tres tipos de signos que ayudaran a la lectura de los valiosos volúmenes a su cargo. Prácticamente hasta la invención de la imprenta los textos estaban pensados para su lectura en voz alta. Griegos y romanos, aunque practicaban la scriptio continua, incorporaron aquellos tres elementos, convertidos en comma, colon, periodus, que indicaban la entonación de la lectura, alta, media o baja y que con el tiempo evolucionarían a los actuales coma, punto y coma y punto, que ahora ya no indican entonación, sino que separan ideas. Mismos signos, distintas funciones. Los escritos se pensaban para ser leídos a un público, para ser escuchados, y era en su oralidad en la que eran comprendidos, pero la lectura silenciosa resultaba complicada: las palabras se encadenaban sin separaciones y sin mayúsculas. Fueron unos monjes copistas irlandeses quienes a mediados del año 600 empezaron a separar las palabras y a emplear signos de puntuación, tendencia que se fue consolidando hasta imponerse con la invención de la imprenta por Gutenberg en 1440. La producción de libros se multiplica y hay que guiar a los nuevos lectores, que ya no recitan los textos en voz alta. Ahora ya sí que se puede hablar de signos de puntuación, aunque los escritores tampoco los emplean y eran los componedores, los empleados de imprenta que componían los textos. Poco a poco fue quedando claro que ya que los textos se leían para uno mismo, eran necesarias las herramientas que ayudaran a su comprensión. Así se fueron incorporando nuevos signos de puntuación alcanzando su función actual, tal como la define la Real Academia Española al definir la palabra “Puntuar”: “Poner en la escritura los signos ortográficos necesarios para distinguir el valor prosódico de las palabras y el sentido de las oraciones y de cada uno de sus miembros”.
La mayoría de las personas sabe utilizarlos y ha habido a lo largo de la historia de la literatura, renombrados escritores como James Joyce, Beckett, Saramago, Faulkner o Cormac McCarthy que han hecho uso de los mismos de una manera muy particular. Algunos signos han quedado en el camino por la evolución natural de las lenguas y otros han desaparecido porque las normas cambiaron, porque fueron sustituidos por otros signos, o porque los nuevos teclados dejaron de incluirlos como por ejemplo el antígrafo o la manícula, entre otros. En castellano está decayendo el uso de los signos de interrogación y exclamación al principio de la frase por influencia del inglés y del habla digital, mientras que en catalán la tendencia es justo la contraria: incluirlos al principio de la frase. El mundo digital, los chats, whatsapp... están marcando la línea de una nueva escritura, incluyendo muy especialmente los signos de puntuación, cuyo empleo (o ausencia) deja mucho que desear de acuerdo con la gramática actual. Es interesante el estudio de Microsoft que dedica todo un capítulo a “estos aparentemente triviales ganchos, puntos y líneas” que “pueden clarificar, estructurar o distorsionar un texto; también pueden hacernos sonreír o reflexionar sobre un significado”. Para el autor del estudio, Nicolas Myers, las posibilidades existentes al respecto en nuestros teclados no se corresponde con los limitados signos actuales, por lo que propone mezclarlos entre ellos y crear otros nuevos. Y para este propósito existe ya punctu.at, una herramienta que permite combinar, crear y compartir nuevos signos de puntuación: “Usando los caracteres tipográficos existentes, este proyecto explora cómo los símbolos personales pueden enriquecer y modificar el significado de un texto”. De acuerdo, no son signos de puntuación en un sentido estricto, pero son signos que pueden alterar el carácter de un texto, “trocar su significado”, que decía aquel erudito del barroco refiriéndose a la puntuación, así que quizás estemos hablando de la evolución de estos.
En septiembre de 1982, el científico norteamericano Scott Fahlman tuvo la idea de teclear seguidos los signos de dos puntos, guión y paréntesis, de forma que al inclinar la cabeza se pudiera ver una cara sonriente: habían nacido los emoticones, del inglés emotional icons. Falhman, como mucha otra gente, se había dado cuenta de que en el intercambio de mensajes por internet se producían muchas confusiones y malentendidos, especialmente cuando se utilizaba la ironía, de manera que ideó un sistema de signos que guiaran al lector sobre el estado de ánimo del autor de un texto y su intención. Un paso más en la lectura que quizás constituye también un paso atrás en el tiempo, cuando los signos no eran una cuestión de ortografía.
Los signos de puntuación, antes denominados señales y después notas, cuentan cada uno con su historia y normas de uso, su número es diferente de acuerdo con cada idioma y también su evolución será diferente. La realidad es que hoy, escribimos muchas palabras a lo largo del día, mensajes en cuantiosos grupos de WhatsApp, en el feed de Instagram y en el muro de Facebook, pero no se genera el necesario hábito de leer y releer, pues es escribir y enviar, porque parece importar más la cantidad que la calidad.
Aquí va una síntesis para los curiosos y para los que piensan, como yo, que siempre hay posibilidad de perfeccionarse.
Signos de puntuación
Los principales signos de puntuación son:
el punto
la coma
el punto y coma
los dos puntos
las comillas
los paréntesis
los signos de interrogación
los signos de exclamación
los puntos suspensivos
el guion
la raya
El punto
El punto (.) es el signo de puntuación que se coloca al final de la oración. Existen tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
Punto y seguido. Separa enunciados dentro de un párrafo porque se continúa hablando de un mismo tema y la primera letra escrita posteriormente, irá en mayúsculas. Por ejemplo: «Historia de España. El descubrimiento de América». Se denomina punto y seguido, nombre más lógico y recomendable que el también usual de punto seguido.
Punto y aparte. Separa dos párrafos de contenido diferente dentro del texto. A continuación se deja una sangría.
Punto final. Siempre se coloca al final, cerrando un texto o enunciado.
También se usa el punto después de escribir una abreviatura.
La coma
La coma (,) es un signo de puntuación que señala una breve pausa dentro del enunciado, viene del griego komma, que significaba interrupción. Se emplea para:
Separar los miembros de una enumeración. Por ejemplo: María volvió a casa, hizo los deberes, cenó y se fue a la cama.
Para delimitar una aclaración. Por ejemplo: Nacho, mi primo, acaba de conseguir su primer empleo.
Indica la elipsis de un verbo: Por ejemplo: Matilde supo la verdad; Bianca, no.
Antes de locuciones conjuntivas o adverbiales tales como: en efecto, es decir, en fin, por consiguiente.
Dos puntos
Este signo de puntuación (:) representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto. Un uso importante y frecuente de este signo es introducir citas textuales, después del encabezamiento de una carta o antes de una enumeración.
El punto y coma
Su origen está en un tipógrafo italiano, Aldus Manutius El Viejo, quien lo estableció alrededor de 1449; en inglés su uso aumentó a partir del escritor Ben Johnson, quien desde 1591 lo usó de forma casi compulsiva. El punto y coma (;) gramaticalmente se utiliza para unir dos oraciones relacionadas entre sí (yuxtaposición) cuando no se desea utilizar un nexo coordinante. Por ejemplo: María estaba apenada por el examen; tendrá que estudiar más.
También sirve para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas. Por ejemplo: Había que estar en contacto con la naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el viento; dormir sobre tablones, sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.
Además, se usa delante de las conjunciones o locuciones como: pero, más, aunque, sin embargo, por tanto y por consiguiente. Por ejemplo: Creemos en la creatividad y la ruptura de los opresores cánones antiguos como medio de vida; no obstante, somos conscientes de que es necesario mantener un mínimo de tradición en nuestros trabajos.
Las comillas
Las comillas (“ ”) son signos de puntuación que se ponen al principio y al final de las frases, de palabras escritas como citas, de ejemplos o de aquellas que se quiere destacar. Por ejemplo:
Para citar textualmente algo: por ejemplo, «Me dijo que “supuestamente llegaría hoy”».
Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error.
Para indicar la intención irónica o sarcástica del empleo de una palabra.
Para indicar algo sobre una palabra o expresión.
Para presentar el significado de una palabra o expresión.
Para destacar que una palabra o expresión es extranjera, se trata de un apodo o de un seudónimo.
Los paréntesis
Los paréntesis ( ) se usan en pares para separar o intercalar un texto dentro de otro o para hacer una aclaración. Los distintos tipos son:
Los paréntesis propiamente dichos ( ), corchetes [ ], llaves { }
Signos de interrogación
El signo de interrogación de la palabra latina quaestio es un signo de puntuación que denota una pregunta. En la mayoría de los idiomas se utiliza un único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: How old are you? (inglés; en español « ¿Cuántos años tienes?»).
Signos de exclamación
Su representación parece provenir de los monjes que copiaban los textos y transformaron el io latino, que significa alegría. Debe escribirse siempre uno para abrir (¡) y otro para cerrar (!), independientemente de la longitud de la frase, oración o fragmento que encierren. Se utilizan para señalar el carácter exclamativo de una oración. Se escriben para empezar y finalizar una oración exclamativa, exhortativa o imperativa. También van entre signos de exclamación las interjecciones:
— ¡Siéntate!
— ¡Qué linda eres!
— ¡Cuidado con el perro!
Es importante destacar que cuando se quiere dar mayor énfasis en la entonación exclamativa, se pueden escribir dos o tres seguidos al principio y al cierre o solo al cierre de la oración, y se pueden combinar los de interrogación con los de exclamación, siempre y cuando los signos de cierres sean simétricos a los de apertura.
Puntos suspensivos
Los puntos suspensivos (…) son tres puntos sin espacios entre ellos, son un único signo de puntuación que se utiliza al final de una palabra, frase u oración en lugar del punto u otro signo. Se utilizan para dejar en duda o en suspenso una acción y son alineados horizontalmente al nivel de la línea base de escritura.
Raya
La raya (—), no debe confundirse con el guion bajo (_). Se escriben dos, una para abrir y otra para cerrar, excepto cuando el diálogo no prosigue, que es recomendable suprimir la última y sustituirla por el obligatorio punto.
Usos de la raya:
Para encerrar los elementos intercalados, en lugar de comas:
Las prendas del espíritu joven —el entusiasmo y la esperanza— corresponden, en las armonías de la historia y la naturaleza, al movimiento y a la luz.
En los diálogos de estilo directo, para separar el discurso de cada personaje:
—Luis, la primera impresión en una entrevista es definitiva.
—Lo sé y me estoy preparando.
—Te deseo mucho éxito.
Guion
Es más pequeño que la raya (_) y se utiliza para separar enumeraciones, palabras compuestas o indicar, ante el cambio de renglón, que una palabra se continúa.
Prof. María Fernanda González Soler
Profesora de Lengua y Literatura
Coordinadora General de G.S. Consultora Educativa
¡Qué artículo tan maravilloso, completo y necesario! ¡Muchas gracias por sus aportes!