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Y después de la escuela, los adolescentes, ¿qué?

¡Hola, familias! 😃

Desde G.S. Consultora Educativa queremos compartirles esta interesantísima charla que tuvo nuestra psicopedagoga, la Licenciada Melina Grimaz, con el equipo de Creatividad Emprendedora que tan amablemente nos volvieron a invitar a su ciclo “Café con colegas”.

En esta charla, profundizamos sobre los aspectos de nuestros adolescentes de hoy, en cómo la pandemia cambió muchos de sus hábitos y en las distintas herramientas que tenemos a nuestro alcance, como docentes y padres, parar ayudarlos a alcanzar una vida profesional plena. Hablamos también sobre orientación vocacional y las técnicas que más utilizamos para guiar a nuestros jóvenes hacia un mejor futuro.

Los invitamos a ver la entrevista completa y a seguir el paso a paso de esta charla en donde compartimos con toda nuestra comunidad las mejores estrategias para ayudar a nuestros jóvenes a alcanzar sus metas en la vida.


Aprovechamos la oportunidad para agradecer profundamente a Patricia y Antonella por habernos invitado, y por el cariño que nos une.


Sin más preludios, esperamos que disfruten de este encuentro :)

 

Creatividad Emprendedora: Buenas tardes a todos los que se van uniendo a este vivo. Como siempre les pido, algún gesto para saber si se escucha y se ve bien mientras esperamos la conexión de nuestra invitada de hoy.

Melina Grimaz: ¡Hola, Patricia! ¿Cómo estás?

CE: ¿Qué tal? ¡Buenas tardes, Melina!

MG: ¡Buenas tardes!

CE: Nuevamente, buenas tardes a todos. Otra vez nos reencontramos en este 5to episodio de “Café con colegas”, que organiza Creatividad Emprendedora, y como siempre, las licenciadas Antonella Milia y quién les habla, Patricia Aldini, les agradecemos por estar acompañándonos en esta tarde, esperando que de este encuentro, puedan llevarse algunas ideas, estrategias y herramientas. Les damos a todos nuevamente la bienvenida, y por supuesto a nuestra invitada. Para aquellos que se van sumando por primera vez a estos encuentros, les voy contando que Creatividad Emprendedora nació como un espacio de capacitación para profesionales de la educación y asesoramiento escolar. Luego, esta pandemia nos obligó a reinventarnos, así que esas capacitaciones se volvieron virtuales, y también fue variando nuestro público porque se fueron sumando aquellos papás que no son necesariamente docentes. Así, nuestro contenido se fue ampliando en cuanto a las temáticas a abordar a fin de brindarles estrategias y herramientas a este público tan diverso que nos acompaña. Pueden encontrarnos en nuestras redes para dejarnos comentarios e inclusive alguna propuesta de temáticas sobre las cuales les gustaría que charlemos.

En este encuentro vamos a hablar de orientación vocacional, de ese desafío que late en el corazón y mente de los jóvenes que se acercan a la finalización de su nivel secundario. Pensar en qué profesionalizarse para poder acceder a mayores oportunidades a la hora de afrontar este mundo adulto, y ni hablar de cómo insertarse en un ámbito laboral que sabemos que cada vez es más cambiante y exigente.

Hoy nos acompaña la Licenciada Melina Araceli Grimaz. Ella es Licenciada en Cs. de la Educación, con orientación en Psicopedagogía, recibida en la Universidad de Luján. Posee un posgrado de Neuropsicología del aprendizaje y especialización en Intervención temprana en el niño pequeño. Desde hace 15 años se desempeña como docente de psicología en el nivel secundario y en la formación de docentes de nivel inicial en educación superior. Realiza atención en consultorio y forma parte del equipo de GS Consultora Educativa en el área de orientación vocacional y diagnóstico y tratamiento psicopedagógico.

Nuevamente, Melina, te doy la bienvenida a este encuentro. Y para comenzar el mismo, el otro día encontré una fórmula que me parece bastante explosiva:

“Etapa adolescente + tecnología + sociedad líquida = adolescencia hoy”.

Me parece que es una combinación que reúne las características de esta franja etárea, de estos adolescentes, pero tal vez a la misma deberíamos agregarle la pandemia que atravesaron y la pospandemia.

Te propongo, Melina, entonces iniciar esta charla realizando una pequeña semblanza de esta etapa adolescente y qué ocurrió con ellos durante y luego de la pandemia en cuanto a hábitos, rutinas, etc. Te cedo la palabra.

MG: Bueno, primero que nada, buenas tardes Patricia, muchas gracias por la invitación, y buenas tardes a todos los que se van sumando a la charla.

Como vos decís, la fórmula que encontraste es bastante perfecta y “explosiva”.

En verdad, podemos plantear a la adolescencia como una etapa de transición entre la niñez y la adultez que cada vez tiene límites más difusos en cuanto a su terminación, porque cada vez cuesta más encontrar la independencia y la autonomía. Esta etapa se caracteriza por constantes y profundos cambios que se producen en el adolescente, y profundas búsquedas también de este adolescente, en todas las esferas de la vida. No solamente cambios corporales, que quizás es lo que desde afuera más se percibe, con la consecuente reelaboración de esta imagen corporal por parte del adolescente, sino que también cambian sus mecanismos cognitivos que le permiten apropiarse de la realidad; sus pensamientos se vuelven más abstractos, más “finitos”, y esto les permite hipotetizar sobre situaciones que no están presentes. En esta idea, empiezan a construir su noción del porvenir. También se alejan cada vez más de los padres e intentan formar, consolidar, cada vez más su propio grupo de pares con sus propios intereses, con sus propias motivaciones, y con nuevos roles que van asumiendo. Todo esto en medio de un gran conflicto, porque el adolescente vive todo de una manera muy al límite: pasa del amor al odio, de la fascinación al “no me gusta” en cuestión de segundos; y también todo esto se desarrolla en una sociedad que cada vez está más cambiante, más demandante. Vos hablás de una “sociedad líquida”, porque es una sociedad donde los vínculos se vuelven cada vez más volátiles, más débiles, atravesados por la tecnología donde todos tenemos millones de amigos, pero la realidad es que no los vemos ni tenemos un gran contacto con ellos, en donde los adolescentes buscan que todo esté a un click de distancia, en donde pareciera que lo que prima es la lógica de la inmediatez, del “todo lo que quiero, lo quiero ya”, donde “no sé bien lo que quiero, pero lo quiero ya”. Todo esto sumado y agravado por la pandemia. Digo, la pandemia sacó lo mejor y lo peor de nosotros; pero pensemos que este adolescente que se está construyendo y que busca su propia identidad, de repente se vio encerrado, no con su grupo de pares con el cual se está identificando, sino con su familia a la cual, justamente, intenta alejar e intenta diferenciarse, sumado a las nuevas características que asumió en ese momento la escuela. La falta de contacto con sus compañeros, con sus amigos, y la relaboración de una nueva manera de vincularse con el otro, en donde se perdió la profundidad, en donde los vínculos se volvieron más débiles, más volátiles y en donde la profundidad de la pregunta de “¿cómo estás?”, “¿cómo te sentís?”, “¿qué te pasa hoy?”, que quizás en la cotidianeidad del aula es mucho más frecuente, a través de la mirada, de un gesto, de una acción concreta, se perdió; entonces en medio de todo eso, que no fue un mes sino semanas, meses y años, encontramos a ese adolescente perdido en todo este contexto.

CE: Estos son los adolescentes que, de alguna manera como padres y docentes, tenemos que ayudar a cruzar ese puente hacia la adultez, con todas estas características que vos has descripto muy bien.

Al principio, cuando te presenté, dije que no solamente te desempeñás como profe en el nivel terciario, sino también en el secundario, como lo he hecho yo, sobre todo, durante muchos años, con los chicos de los últimos años. Y, de más está decir, que siempre surgen esas preguntas de “¿qué puedo seguir?”, “¿en qué Universidad puedo cursar?”, “Usted, profe, ¿qué estudió?”, y también todas las preguntas relacionadas con el ámbito laboral, “¿cómo obtener un primer empleo?”, etc. Pero es cierto que, en esta pandemia tan larga, como vos mencionabas recién, estos chicos no han tenido esa posibilidad de reflexionar junto a sus docentes sobre estas inquietudes, estas incertidumbres, y tal vez ya han dejado la escuela secundaria y hoy todavía no saben qué hacer de sus vidas. Entonces, vos que estás en el nivel terciario, ¿qué consecuencias creés que les ha traído esta situación, esta falta de presencialidad, de contacto con sus profes?

ME: Como bien vos decís se perdió lo cotidiano, se perdió la espontaneidad de estar dando una clase y que surja una pregunta que tiene que ver con estas inquietudes sobre su futuro. Se perdió esa cuestión cotidiana, sumado a que también se perdió la intimidad del aula, porque estábamos dando clases vía Zoom, y entonces llegábamos a las casas y a todas las familias, y esas preguntas las escuchaban todos (mi compañero de al lado, la profe y toda mi familia), eso generaba situaciones incómodas. Por eso los profes nos encontramos con cámaras apagadas y micrófonos apagados durante la pandemia.

Entonces, pensemos primero en los adolescentes que egresaron en el 2019 y tenían toda la ilusión de empezar un 2020 con su carrera, y de repente se encontraron con una modalidad de cursada totalmente nueva, para la cual no estaban preparados, en donde no solamente se desconocía esa modalidad, sino que también se desconocía al otro con el cual yo cursaba. El grupo de pares es algo fundamental a la hora de estudiar, compartir el saber, tener dudas, ayudarse entre sí; pero todo esto no se generó y es algo muy necesario, sobre todo en el nivel terciario o en la universidad. Estos chicos se encontraron con un panorama totalmente diferente, lo cual hizo que muchos pudieran continuar y otros tantos, llenos de frustración, abandonaron la carrera.

Los adolescentes que egresaron en ese 2020 se encontraron con el desafío de buscar una carrera y pensar en una Universidad o un Terciario sin conocerlo, sin poder ir, sin poder preguntar, sin poder transitar aunque sea por afuera el aula; entonces para ellos fue también costoso y frustrante, porque no solamente se perdieron del asesoramiento de los docentes, aunque en los 6tos años se hizo un trabajo bastante arduo para tratar de conectarlos y no perder eso. La realidad es que el vínculo cara a cara, el contacto para el que le cuesta, la visita a la universidad, el transitar los pasillos… eso se perdió. Entonces tenemos a muchos alumnos que han postergado la decisión de empezar una carrera. Y en nivel superior, muchos adolescentes se encontraron perdidos porque no era una cursada real con la misma cantidad de horas como en la presencialidad, por ejemplo. La realidad es que los adolescentes en ese contexto han hecho lo que han podido; a muchos les fue bien, pero sabemos que por lo general a veces el ingreso en la Universidad o en los estudios superiores, trae consigo una gran deserción pasados los primeros meses y a estos si le sumamos el contexto de Pandemia y pospandemia, la realidad es que la deserción ha sido mucho mayor, desgraciadamente.

CE: Estuvimos inmersos en esta situación absolutamente todos. Vos hace unos minutos atrás mencionabas algo importante: esto de hacer las clases por Zoom, entonces ya no era el alumno con el docente y sus pares, sino que también estaba la familia, más allá de los problemas de conectividad, cantidad de dispositivos, etc. Pero ahí estamos mencionando otros agentes muy importantes en este proceso que son los padres, y hablar del acompañamiento desde la infancia que prácticamente se realiza en este aspecto cuando te dicen “yo cuando sea grande quiero hacer tal cosa”, entonces ahí aparecen los mandatos sociales, los mandatos familiares. Entonces, ¿qué opinás, Melina, con respecto a estos aspectos? ¿Qué herramientas les podemos brindar a los padres y a los docentes también? ¿Cómo nos orientás en esto?

ME: Me parece que la primera herramienta es instalar el tema. Muchas veces los padres se quejan de que los adolescentes no hablan, pero también hay veces que no se les pregunta; entonces me parece que una de las primeras herramientas es instalar el tema, preguntar “¿tenés pensado estudiar algo?”, “¿hay algo que te interese?”, pero preguntarlo no desde la perspectiva de cargar esa pregunta con una intencionalidad más que la de saber y que el otro sepa que uno está ocupado en esto, porque a veces también preguntan “¿te parece estudiar eso? Te vas a morir de hambre”, “no hay tanta salida laboral”, entonces ahí ya cargamos esa respuesta con una valoración que hace que el adolescente no nos quiera volver a contar o hablar de ese tema. Entonces, instalar el tema desde la preocupación y ocupación, acompañar a visitar las universidades, las ofertas educativas que hay en la comunidad, etc. Hoy en día todas las universidades públicas y privadas tienen charlas para los chicos que están finalizando y quieren ingresar, explicando las carreras y modalidades. También hoy tenemos toda la información a un click de distancia, todas las ofertas educativas tienen una página en Internet, pero una cosa es que yo pueda entender esa información o sepa cómo navegar en esa página; entonces también está bueno acompañar en esa búsqueda, para que el adolescente no se pierda, porque hay un montón de lugares que ofrecen lo mismo, pero tienen otras materias.

Y por otro lado es importante escucharlos, y si bien uno trata de aconsejar, la idea es transmitir seguridad sobre la profesión que quieran seguir. Yo no digo que esté mal que los padres les sugieran que sigan las carreras que ellos siguieron, pero tiene que ser la decisión genuina del adolescente, y no una decisión más que guiada, impuesta, por los padres. Entonces la idea es poder escucharlos y acompañarlos. Y también prestar mucha atención en cuáles son sus intereses, cuáles son sus aptitudes para poder potenciarlos, porque a veces “está todo el día con la guitarra y no le importa nada más que la música”. ¡Bueno! Ahí quizás tenemos una buena veta de interés, así que hay que potenciarlos y darles herramientas para desarrollar ese potencial.

CE: Haciendo memoria, cuando uno habla del ámbito de las empresas, cómo está comprobado que, en las empresas familiares, las terceras generaciones generalmente no la siguen, o las echan a perder porque los intereses, como vos decís, no son los mismos de cuando la fundó el bisabuelo, y después siguieron las generaciones venideras. Entonces por ahí el que recibe la empresa, decide que esa no es su verdadera vocación.

MG: Exacto, no es su decisión genuina. Lo hacen porque “alguien lo tiene que continuar”. Yo siempre digo: quizás es un buen espacio, es una buena posibilidad, pero ver dentro de ese lugar qué es lo que me gustaría hacer, cómo puedo potenciarme. No seguir haciendo lo mismo que se estaba haciendo, sino darle una impronta personal.

CE: Vos sabés que el otro día navegando en Internet, hallé una frase que habla de la búsqueda de la vocación que me gustaría compartir. Dice así:

“Convierte tu pasión en un proyecto de vida, descubre tu talento, planifica tu futuro, decide tu carrera, pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana. No importa lo que decidas hacer, asegúrate de que te haga feliz.”

Esto me lleva a preguntarte: ¿la vocación se construye? Y si es así, ¿qué se aborda en la orientación vocacional y a qué resultados se llegan?

MG: Bueno, la verdad que la frase que encontraste es bastante reveladora en esto de la búsqueda. Mirá, en verdad, etimológicamente hablando, la palabra vocación viene del latín “vocardio” que significa “llamado trascendental que interpela el sujeto a realizar algo en su vida”. La verdad es que esta definición, pensando en un adolescente que a los 18 años tiene que decidir lo que va a hacer por el resto de su vida, más que una búsqueda se convierte en una frustración.

A mí me gusta pensar la vocación desde las corrientes que lo hablan como una verdadera construcción. Una construcción que es paulatina y que también se va adaptando a los cambios sociales, a los cambios del mercado laboral, y también a los cambios tecnológicos. Hoy en día hay un montón de carreras que hace 5 o 10 años no existían, y las ofertas académicas cada vez son mayores; también hay un nuevo estilo de carreras que son cortas con la lógica de la inmediatez. A veces los adolescentes piensan: “8 años en una carrera... ¡cuando me reciba voy a ser muy grande!”

Ahora, cuando vos me preguntás qué es lo que se trabaja en la orientación vocacional, a mí me gusta orientarlos en 3 esferas, por decirlo de alguna manera.

La primera, es conocerse a sí mismo. Ver cuáles son los gustos, los intereses, las aptitudes, las valoraciones que hace este adolescente con respecto a sí mismo. Me gustó tu frase porque una de mis preguntas, la primera que hago en realidad es: ¿cómo te gustaría verte de acá a 10 años? ¿Dónde? ¿Haciendo qué? Y no necesariamente les hago pensar en una carrera o profesión. Esto lo pregunto para despertar el interés, para que ellos piensen en esta búsqueda.

Derribemos el mito de que vamos a terminar esa orientación diciéndoles yo, qué es lo que tienen que estudiar. Eso no va a suceder, porque realmente es una búsqueda interna y nada ni nadie les puede decir qué es lo que tienen que hacer; uno puede orientar para construir ese perfil del adulto futuro. Entonces, en un primer momento hacemos este mapa del perfil de este sujeto con respecto a sus mejores habilidades, y una vez que tenemos este perfil elaborado con sus características, tratamos de orientar ese perfil a un área de conocimiento. Dentro de estas áreas de conocimiento, después empezamos a ver qué carreras hay. Dentro de las carreras qué materias hay, si son más afines o no a lo que uno va cursando en el secundario que es donde se va dando un panorama respecto a qué contenidos les gustan más que otros o para cuáles tienen mayor capacidad que otros, y saber que también en el trayecto donde no nos van a gustar todas las materias, pero tenemos que saber que eso que no nos guste, lo podemos suplantar con todo lo que conseguiremos a futuro.

Entonces, una vez que tenemos perfil del sujeto, área de conocimiento y carrera delimitada, empezamos a trabajar sobre la otra esfera que tiene que ver con el conocimiento de lo que es la oferta educativa, y las características de esta oferta, que en muchos casos no se asemeja a lo que venían buscando.

Luego tenemos la otra vertiente que tiene que ver con el área laboral: ¿Cuál es el perfil del egresado que me brinda este título? ¿Cuáles son las incumbencias? ¿Dónde me va a permitir trabajar? ¿Dónde me va a permitir desarrollarme laboralmente? ¿Es lo que me gusta, lo que quiero?

Ese sería el recorrido de la orientación vocacional. Y también partir de la base (esto tiene que ver con la relación de los padres) de que quizás no todos nuestros adolescentes quieren seguir una carrera universitaria, y no está mal. Digo, si todos fuésemos médicos, se me quema una lamparita y no tengo quién me la cambie. Entonces, hay un sinfín de lugares, de carreras, de conocimientos que yo puedo adquirir y que me van a permitir desarrollarme profesionalmente. Entonces también entender esto: lo importante siempre es tener objetivos claros, porque quizás no quiero estudiar, pero quiero ser emprendedor y tengo un gran perfil para ello. Bueno, enseñarles a fijar los objetivos y qué camino tienen que recorrer para conseguirlos sin frustrarse en el intento, siempre orientando a que deben capacitarse porque la capacitación es una herramienta que le permite abrir mayores puertas y tener más posibilidades. Pero sí entender que no todo el mundo quiere o tiene ganas de seguir una carrera universitaria.

CE: Esto es así, Melina. Hace unos días atrás, en una publicación que hicimos en Instagram, hablábamos de las escuelas secundarias y el primer empleo, y decíamos que ya sabemos que el sistema educativo necesita de un sinfín de cambios, pero el nivel secundario es uno de los más marcados por el alto nivel de deserción que tiene, y tal vez este proyecto de “Secundaria 2030” apunta un poco a eso, a erradicar la deserción, a lograr la permanencia de los alumnos, y como siempre venimos diciendo hace mucho tiempo, a vincular el nivel secundario con el nivel universitario y el área de trabajo. Por supuesto que hoy hay que hacer hincapié de estas “soft skills”, estas habilidades blandas que se piden en el ámbito del trabajo, pero también lograr desarrollar el amor propio, el armado de un proyecto de vida y también, como dice Víctor Kúper, provocando un cambio de actitud. Hoy estoy con las fórmulas, pero como buena profesora de matemática, no puedo no recurrir a ellas, así que Kúper nos dice:

“La habilidad y el conocimiento suman, pero la actitud multiplica”.

Vos hablabas del ámbito laboral y quiero preguntarte: ¿cómo se habla con los chicos sobre estos cambios en la sociedad, donde todo es más frágil, más volátil, más efímero?

MG: Mirá, con respecto al empleo, lo que vos decís me remite primero a pensar en el cambio profundo que hubo en las últimas décadas. Nuestro padres y abuelos ingresaban a un empleo, pasaban años ahí, y hasta se jubilaban, y era como muy prestigioso tener tanta antigüedad en un trabajo, cosa que ahora no es tan así. Ahora cambiar de empleo, la búsqueda del desarrollo personal, la plenitud, esta cuestión de buscar la felicidad, pero que es real, porque pasamos muchas horas trabajando y en consecuencia tenemos que hacer que este trabajo nos haga felices, nos guste, que levantarse a la mañana sea una motivación. Pero la realidad es esa, hay que tratar de desempeñarse en algo que realmente a uno le guste.

CE: Es bueno que los docentes logremos transmitirle a los alumnos esta alegría de que el trabajo nos guste.

MG: Si, tal cual. Me parece importante diferenciar el primer empleo, del empleo como aquel donde yo quiero llegar para desarrollarme personal y profesionalmente.

Con respecto al primer empleo, yo trato de trabajar esta cuestión de los estereotipos y todo el imaginario que hay con respecto a conseguir el primer empleo. Primero también, brindar herramientas para saber armar su propio currículum, para poder armar una carta de presentación, y también para saber que ya no se busca empleo en el clasificado del domingo; hoy en día la búsqueda laboral pasa por las redes sociales, por cargar el CV en determinadas plataformas, pasa también por ver la oferta laboral que las empresas o entidades publican también en sus redes, y saber para qué sirve ese primer empleo, qué quiero yo de este primer empleo. Sacar esta idea de “me voy a comprar la casa y el auto con el primer empleo”, pero si yo quiero que este primer empleo me sirva para costear mis estudios, seguramente sí te va a servir. Entonces ver cuál es la finalidad de trabajar, de emplearme, y saber que seguramente no todo va a ser color de rosa y no todo va a ser lo que me gusta.

En esta sociedad tan volátil que hay ciertos valores que están tergiversados, hay cuestiones que hemos perdido, o que a los adolescentes les ha costado un poco más en la pandemia, como los hábitos, la constancia, el cumplir horarios, cosas que siempre se pidieron en el mercado laboral, pero que quizás nuestros adolescentes hoy en día no están tan acostumbrados, entonces eso hace que tempranamente renuncien o tiren la toalla, como yo digo. Y hoy en día también las empresas… antes se pedía mucha experiencia, la experiencia hoy también se pide, pero las empresas brindas sus propias capacitaciones, porque esto implica perfilar al sujeto dependiendo del rubro de la empresa, entonces muchas veces los chicos te dicen: “me tomaron y me mandaron a hacer un curso, entonces dejé porque eso no era para mí”. Tenemos que explicarles que el mercado laboral tiene otras características. Ahora, con respecto al mercado laboral en el que me quiero insertar a futuro tiene que ver con esto de perfilar, ver qué objetivos, qué camino sigo yo hacia ese lugar a donde quiero emplearme.

CE: Mucho se conversa también en las escuelas, pero vos formas parte de GS Consultora Educativa, y como hemos charlado muchas veces con Fernanda, que es su coordinadora general, y con quién hemos abierto este año este ciclo de “Café con colegas”, siempre decimos: no todas las escuelas tienen un equipo de orientación vocacional. ¿Cómo se trabaja este tema desde la consultora? ¿Hay muchos cambios con respecto a cómo se puede trabajar en aquellas instituciones en donde no se cuenta con este equipo?

MG: En verdad, el trabajar uno a uno, ya hace la diferencia. Es diferente a cuando uno lo trabaja en el aula, donde uno tiene que estar abierto escuchando y orientando a 30, a cuando uno puede trabajar de uno a uno. En la Consultora, trabajo con las mismas tres esferas, todo lo que es el conocimiento personal, se trabaja no solamente haciéndolo reflexionar y a través de test, sino también haciendo un mapa genealógico de los diferentes trabajos y profesiones que tiene la familia, porque a veces los chicos no saben de qué trabajan sus padres, no saben qué estudiaron sus padres, entonces también es importante verlo, revisarlo.

CE: Ahí retomo lo que vos decías, Melina. Qué importante es que los padres hablen con los hijos de estos aspectos sobre la orientación vocacional.

MG: Si, absolutamente, Patricia. Por eso en la Consultora hacemos todo un recorrido para que este adolescente pueda realmente descubrir cuáles son sus mayores capacidades, sus anhelos, sus intereses. Dentro de sus intereses también, qué aptitudes tienen. Recuerdo que una vez un adolescente me dijo: “a mí lo único que me interesa es el fútbol, pero no quiero ser jugador, ¿Qué puedo hacer?” Entonces le dije: “si el fútbol se configurara sólo con jugadores, entonces no funcionaría tu plan, pero tenemos un montón de otras cuestiones que se pueden hacer dentro de ese mundo. Podés ser deportólogo, representante, estudiar relaciones públicas”. En fin, siempre tratando, dentro de lo que a ellos les interesa, de ir encontrando qué carreras son más afines a ellos. Entonces primero volvemos a hacer este perfil y relacionamos este perfil con las áreas de conocimiento. Al trabajar uno a uno la búsqueda se vuelve como más intensa, porque les damos pequeñas tareas como por ejemplo “para la próxima tratá de traer todas las ofertas educativas que tengan relación con lo que te gusta para que podamos compararlas”. Analizar el plan de estudio, que a veces ellos no tienen la menor idea de qué consiste esta palabrita de “incumbencia”, de qué es lo que me permite el título, porque muchas veces diferentes carreras me permiten emplearme en aquello que yo tengo ganas. Entonces, bueno, entre estas carreras, ¿cuál vamos a elegir?

Tiene que ver también la proyección a futuro, cómo me puedo seguir especializando. Y después también, se les ayuda a armar la carta de presentación, el CV y esto de cómo pueden buscar dentro de Internet los empleos. Yo creo que habilitarlos en la búsqueda de información, en el acceso a la información, que ellos tengan herramientas para que no solamente lo hagan para cuando estamos nosotros presentes, sino también para saber después cómo enfrentarlo, me parece que es el elemento principal. Darles las herramientas para que ellos puedan buscar la información que ellos crean más conveniente.

CE: Todo esto que decís, Melina, me hace pensar en las habilidades comunicacionales, cuando tienen que enfrentar una entrevista laboral, más allá de cuál sea el medio que se utilice.

MG: Trabajar el “rol play” está genial, Patricia. Simular una entrevista es genial porque se quedan sin palabras. Cuando lo hago en el aula, aquel que es sumamente verborrágico y participativo, uno le hace dos preguntas y se quedan anonadados, mudos.

CE: A mí también me ha pasado de simular con alumnos todo el proceso, desde enviar el CV, seleccionarlo, luego la entrevista y bueno, es un aprendizaje como todo en la vida.

Vamos ya llegando al final de esta charla, así que contanos Melina si hay algo más que quieras agregar.

MG: Me parece que, para resumir, es muy importante esto de escuchar, de preguntar, de acompañar a los adolescentes en esta búsqueda. Un acompañamiento que no tenga que ver con juzgar, con limitar, sino con mostrarles diferentes caminos, ayudarlos a acceder a la información, siempre sabiendo que a pesar de que haya que hacer varios intentos en cuanto a lo educativo, el tiempo nunca se pierde porque siempre todo genera nuevos conocimientos y el saber enriquece, y haber dejado varias carreras también significa saber aquello que no nos gusta. Entonces, a partir de eso, hay que construir teniendo una mirada positiva para acompañarlos en esto que es tan difícil y pensar en lo que nos pasó a nosotros mismos como padres y docentes que seguimos delimitando nuestros trabajos, nuestras acciones a lo largo de la vida. Uno se va construyendo día a día, la vocación se construye para toda la vida.

CE: La verdad es que esto que decís es una gran herramienta y estrategia para los padres con hijos adolescentes, como para los docentes.

En nombre de Creatividad Emprendedora, Melina, muchas gracias por esta charla, y dejamos siempre la posibilidad abierta para seguir conversando de este tema. Y a todos los que nos siguen siempre, los esperamos en el próximo encuentro de “Café con colegas”.

MG: Muchas gracias, Patricia, por la invitación. ¡Qué tengan buenas tardes!

 

Muchas gracias por leernos y...

¡Hasta el próximo viernes!


María Fernanda González Soler

Coordinadora General de G.S. Consultora Educativa

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