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Foto del escritorFiore Maceri

WINDOWS 10: ¿una "ventana indiscreta"? Parte I.

Actualizado: 14 feb 2022

LA ERA DE LOS DATOS: una columna de tecnología, comunicación y humanidad.


REFLEXIÓN #2

Parte 1


¡Hola a todos! :)

En la segunda entrega de esta columna quiero invitarlos a reflexionar sobre una de las interfaces gráficas más conocidas y naturalizadas de estos tiempos, el sistema operativo que es pionero y líder mundial en el mercado informático.

A lo largo de una serie de artículos, iremos desmembrando a este gigante, a medida que analizaremos los beneficios que ofrece a los millones de usuarios que lo consumen alrededor del globo, como así también los dilemas éticos y sociales que presupone su "letra chica".

Acompáñenme -junto a mis compañeros de estudio, que fue con quienes desarrollamos este exhaustivo análisis- a observar con una mirada crítica a este monstruo que recopila datos masivamente bajo el lema "nos importa tu privacidad, y trabajamos para mejorar tu experiencia de usuario". Y la pregunta es: ¿a qué costo?


Pero no nos adelantemos que, para poder responderla, primero debemos adentrarnos en el mundo del desarrollo de las interfaces gráficas de usuario para entender luego sus implicancias en la sociedad actual.


Antes de empezar, un especial agradecimiento a Leandro Amico, Adriana De Carli, Agustina Toledo y Lucía Hidalgo no solo por permitirme hacer público nuestro análisis y sus voces, sino también por acompañarme en este apasionante camino hacia el conocimiento y la pérdida de la ingenuidad digital.


Ahora sí, sin más rodeos, con nosotros: WINDOWS 10.


 

Análisis histórico y práctico,

en constante diálogo con "Las leyes de la interfaz", de Carlos Scolari.



“Es más fácil agregar cosas a una PC de lo que jamás haya sido.

Con tan solo un click y ¡boom!, aparece.

Antaño instalarse un programa requería tiempo y esfuerzo.

La tecnología avanza a pasos agigantados”

Bill Gates (1999)


Prólogo.

Hasta la década de los 70, las personas en sus trabajos dependen de máquinas de escribir para poder realizar sus tareas, y son pocos quienes tienen acceso a las microcomputadoras. Es así que, la producción de documentos y el desarrollo de las tareas laborales se concretan y organizan a partir de distintas herramientas analógicas que deben utilizarse por separado: una máquina de escribir (con sus respectivas hojas), una calculadora, un anotador, un reloj, un calendario, un gabinete archivador, etc.

Pero la incorporación de las microcomputadoras en las oficinas –y luego en los hogares y escuelas de todo el mundo- viene a revolucionar la productividad y a dar un giro radical en la forma de producir y procesar contenido: con la inclusión de una herramienta tecnológica “all in one” que permite condensar en sí misma todas las herramientas analógicas preexistentes, cualquier actor humano puede convertirse, con un poco de conocimiento, en un productor de contenido e información, iniciándose de esta forma la tercera revolución industrial que funda sus bases a partir de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), y que trae como consecuencia lo que Scolari define como “hipermediación”: “al hablar de hipermediación no nos referimos tanto a un producto o un medio sino a procesos de intercambio, producción y consumo simbólico que se desarrollan en un entorno caracterizado por una gran cantidad de sujetos, medios y lenguajes interconectados tecnológicamente de manera reticular entre sí.”

En 1985, sale al mercado Windows, la primera ventana que se abre a este nuevo mundo y que, como interfaz gráfica tecnológica, viene a cambiar la lógica de producción y a proponer una interacción con los actores humanos hasta entonces desconocida: toda la actividad laboral y de producción de contenido se puede realizar desde una única herramienta que, algunas pocas décadas más tarde, posibilitará también compartir dicho contenido con el mundo entero.


DESCRIPCIÓN DEL CASO DE ANÁLISIS.

La interfaz a analizar es Windows 10, el sistema operativo (SO, de ahora en adelante) para computadoras de escritorio y equipos portátiles, que es considerada como la primera interfaz gráfica de usuario en lanzarse masivamente al mercado informático, y que, a la fecha, lo lidera.

Luego de casi cuatro décadas de evolución al servicio del usuario,

“Windows se instala como el software con mayor penetración en los ordenadores de todo el mundo. Concretamente, un 87,54% de los usuarios de ordenadores a escala mundial tienen instalado este SO en su PC. En la segunda posición del ranking, y con un porcentaje inferior al 10%, se sitúa MacOS, el sistema operativo de Apple.”

a) ¿Qué es?

Windows 10 es un SO privado, esto quiere decir que es necesario adquirir una licencia para poder utilizarlo (aunque hoy en día existen alternativas de adquisición gratuita, pero limitadas en cuanto a la usabilidad y sensibles a las actualizaciones del software).

Una vez completa la instalación, el SO nos recibe con una interfaz gráfica que emula el escritorio (mueble/ambiente de trabajo) de una oficina u hogar.

b) ¿Para qué sirve?

Como todo SO, Windows 10 permite la ejecución, gestión y control de las partes (software y hardware) de un ordenador gracias a estar compuesto por un conjunto de programas destinados a tal fin.

Windows 10 tiene, además, la capacidad de intercambiar información (objetos digitales de todo tipo) con otras plataformas/interfaces/dispositivos de manera eficaz e inteligente, y es por ello que Windows se mantiene vigente luego de casi cuatro décadas de su aparición. Entonces, al ser una interfaz interoperable, los usuarios pueden, por ejemplo, migrar las aplicaciones de este SO a otro SO operativo distinto (como ser UNIX o Linux), o bien pueden compartir archivos digitales entre dispositivos vinculados (como ser una PC con Windows 10 y un smartphone con Android).


c) ¿Cómo funciona?

En una clara evolución y transformación de las interfaces, Windows toma el lenguaje y la funcionalidad de otras interfaces para poder existir, lo que lo hace indisociable de su soporte físico, el hardware.

Es así que, debido a su naturaleza dependiente, Windows 10 necesita del botón de encendido del ordenador para ponerse en arranque. Una vez iniciada la sesión, el usuario puede llevar a cabo un sinfín de tareas y acciones que van desde el manejo de cualquiera de los programas instalados, a la instalación de nuevos programas o dispositivos vinculados al ordenador que se está utilizando.

La estructura del diseño de Windows 10, al igual que la de sus antecesores, permite visualizar el contenido organizado en distintas “ventanas” -de ahí el nombre de “Windows”- en simultáneo: el usuario puede interactuar de manera sincrónica con un procesador de texto, un editor de imágenes o videos, un reproductor de música, una planilla de cálculos, una plataforma de mensajería, un block de notas, etc. y a su vez puede extraer información del ordenador mediante dispositivos de salida, como ser una impresora, un puerto USB, una grabadora de discos, etc.


ANTECEDENTES.

Windows 10 es la última actualización del SO Windows, y su historia comienza el 27 de julio de 1981 donde su antecesor, el sistema operativo MS-DOS (Microsoft Disk Operative System), es utilizado por primera vez por la empresa IBM para la comercialización de ordenadores. Este prehistórico software fue el origen de Windows ya que, en todas sus versiones, es la extensión del MS-DOS que proporciona un entorno gráfico “amigable” para el usuario de PC.

A partir de ahí, Windows evoluciona de la siguiente forma:

En 2015 ya estamos en plena era digital, y con un lenguaje táctil desarrollándose a gran velocidad alrededor de todo el mundo. Llega Windows 10, y estos son los titulares que lo anuncian en la web:

“Windows 10 será lanzado el 29 de julio de 2015” (1 de junio, 2015):

“Ya tenemos fecha oficial para el lanzamiento de Windows 10” (1 de junio, 2015):



DIAGNÓSTICO.

a) Observación.

USABILIDAD

Una vez iniciada la sesión, la pantalla muestra un escritorio -personalizable por el usuario- y un botón de “inicio” (“windows”) en la barra de tareas que condensa todas las acciones posibles dentro de la interfaz. Basta con un click para empezar a operar dentro de un ecosistema conocido, ordenado e interactivo.

Dentro del inicio, la ventana desplegable se divide en tres solapas donde la primera está destinada a la configuración, los usuarios y el encendido/apagado/suspensión del equipo, y tiene además un acceso rápido, personalizable, a “documentos” e “imágenes”. En la segunda solapa se encuentra el listado de programas instalados, ordenados alfabéticamente y separados en “bloques” por letra; al principio de esta lista se muestra una sección de programas “recientemente agregados”, si los hubieran. Por último, en la tercera solapa se encuentra la sección de “explorar” donde los usuarios pueden acomodar en distintas categorías personalizables los programas, aplicaciones y funciones de mayor interés, accediendo a ellos con un solo click.

Recorriendo la barra de tareas –personalizable también-, encontramos: el botón de “búsqueda” que provee las mismas facilidades de Cortana, el asistente por voz, pero por texto. Aquí el usuario puede realizar búsquedas dentro de la interfaz y de Bing, el motor de búsqueda de Microsoft. Luego se visualiza una serie de íconos, que son las aplicaciones y programas que el usuario ha decidido anclar para tener un acceso rápido. Y por último, a derecha, se incorpora en esta versión el administrador de notificaciones con una serie de accesos directos a funciones tales como la ubicación, el modo tableta, el modo avión, luz nocturna, proyectar, etc. (traído, también, de los dispositivos móviles).


ACCESIBILIDAD

Funciones tales como el “control ocular” (que permite el uso de las aplicaciones a partir del movimiento de los ojos), la función “voz” (que permite el uso de las aplicaciones a partir del habla), o el asistente por voz, “Cortana”, que administra la búsqueda por voz y el acceso a los programas y apps instaladas, a la configuración, al administrador de archivos y a la web, están disponibles en esta versión, estimulando dinámicamente el intercambio. Esto supone una mejoría no solo para los usuarios en general sino también para aquellos que dependen de un alto grado de accesibilidad en el software, como ser las personas con capacidades reducidas.


INTERACCIÓN

La interacción entre Windows 10 y el usuario se da a partir de una combinación de orígenes de entrada y salida (el mouse, el teclado, la impresora, el panel táctil, la voz, el gesto, etc.) que co-evolucionan y se adaptan junto al SO.

Con la inclusión de la función táctil (que ha tomado de los dispositivos móviles), es posible interactuar mediante gestos físicos usando uno o más dedos para emular la manipulación directa de los elementos de la interfaz de usuario. Las experiencias táctiles como ésta, pueden proporcionar sensaciones más naturales y realistas para los usuarios que interactúan con los elementos en una pantalla, sobre todo en una era donde el lenguaje “touch” prevalece en la mayoría de los dispositivos electrónicos (celulares, computadoras portátiles, televisores, etc.).


ADAPTABILIDAD

Windows 10 es multiplataforma, es decir, permite vincular dispositivos móviles para centralizar todo el trabajo en una sola estación. Conectando el teléfono celular a la computadora, es posible leer –y responder- mensajes de texto, usar las apps instaladas en el móvil, migrar archivos de una estación a otra, etc., todo de manera instantánea e inalámbrica. Basta con una sencilla serie de pasos y la configuración está lista para tener un “todo en uno”. Además, Windows 10, como desde sus últimas actualizaciones, tiene incorporado el Microsoft Store que permite la descarga de apps, tales como Netflix, Amazon Prime, WhatsApp, Telegram, etc., lo que sigue proporcionando comodidad de uso al momento de tener que visualizar el contenido del móvil en el ordenador.

Otras de las innovaciones en esta versión son: la posibilidad de instalar Windows 10 gratuitamente como una actualización desde el Windows 7 u 8 (y de restaurar a la versión anterior si Windows 10 no cumple con las expectativas del usuario); la utilización del modo oscuro, que ennegrece todas las ventanas y gráficos para generar menor fatiga visual; la sincronización automática (si así se configura) con la nube One Drive de Microsoft, lo cual supone un avance en lo referido a copias de seguridad de archivos; y la posibilidad de administrar el control parental sobre los usuarios menores de edad con el Safty Family.


DEBILIDADES

Windows 10 es un SO que requiere de un equipo preparado para soportar sus requerimientos de arranque y uso, lo que presupone tener un ordenador relativamente moderno y actualizado. Por otro lado, Windows 10 exige actualizaciones obligatorias y periódicas, lo que ralentiza el funcionamiento general del ordenador, y en muchos casos se requiere de un tiempo prolongado para que dichas actualizaciones se concluyan de manera correcta, impidiendo el apagado del equipo o su utilización durante la descarga y ejecución de las mismas. Además, esta nueva interfaz no cuenta con el conocido “Windows Media Center” y obliga al usuario a tener que descargar una app externa desde el Store (el cual es relativamente acotado en cuanto a la oferta de juegos y programas) para poder reproducir dvd’s.


COMPETIDORES

Pero como “las interfaces mantienen un fecundo y al mismo tiempo conflictivo intercambio entre ellas”, presentamos una comparativa entre Windows y sus principales competidores, Linux y Macintosh, para seguir ahondando en el diagnóstico:



b) Pros y contras.

Habiendo hecho un diagnóstico de Windows 10, y luego de haberlo puesto en relación a sus principales competidores, analicemos los pros y contras de esta interfaz:


USABILIDAD


(+) Windows 10 se presenta como una interfaz de usuario intuitiva. Esto quiere decir que todos los elementos están dispuestos de manera tal que, sin importar el nivel de conocimiento por parte del usuario, el mismo puede desenvolverse sin dificultades dentro del SO. Por otro lado, la amplia trayectoria de Windows en el mercado informático, y la variedad y diversificación de información disponible para su uso, facilitan el aprendizaje y solución de problemas de la interfaz. También permite que el usuario personalice ciertos aspectos gráficos y de configuración, y cuenta con un orden lógico de los elementos que se distribuyen en su inicio.


(-) Es un software privado y de código cerrado, lo que quiere decir que además de ser pago, el usuario no puede acceder al código y modificarlo según sus necesidades (como sí ocurre con Linux por ejemplo):

"(Windows), como todo sistema propietario, esconde su código. Por esta razón resulta casi imposible saber qué es lo que hace, exactamente, con la información que se le brinda.” (Esteban Magnani, "Tensión en la red").

Por otro lado, Windows 10 ofrece actualizaciones periódicas y obligatorias que exigen al usuario a inhabilitar el uso del equipo informático durante su carga e instalación, y en muchos casos dichas actualizaciones pueden ralentizar el rendimiento. Además, la evolución de los dispositivos móviles y su hibridación con los SO para ordenadores, van dejando en desventaja el uso de computadoras de escritorio y portátiles. Por último, al ser Windows 10 el SO líder en el mercado informático, es a su vez el principal blanco de ataque de virus, necesitando constantes “parches” en cada una de sus actualizaciones.


ACCESIBILIDAD


(+) Windows 10 cuenta con funciones que facilitan su uso por parte de usuarios con capacidades reducidas, como ser el “control por voz”, el “control ocular”, “Cortana”, el “tablero táctil”, y el “narrador”.


(-) Una vez instalado el SO, es necesario configurar todas las funciones de accesibilidad por primera vez, con lo que el usuario con capacidades reducidas debe contar con otro que lo asista en esta configuración.


ADAPTABILIDAD


(+) Dentro del ecosistema de Windows 10, es posible vincular un dispositivo móvil para visualizar su pantalla en la del ordenador. Esto resulta una facilidad al tener que trabajar con distintos equipos tecnológicos, ya que se pueden realizar todas las operaciones (o la gran mayoría) desde la computadora, e inclusive se pueden intercambiar archivos entre un equipo y otro de manera inalámbrica.


(-) A pesar de esta facilidad de vinculación entre dispositivos, los programas antiguos de 16 bits no son soportados por esta interfaz, con lo que hay que contar con actualizaciones de 64 bits en caso de querer seguir utilizándolos desde una versión anterior de Windows.


INTERACCIÓN


(+) El contrato de interacción que establece Windows 10 con el usuario se da a partir de la utilización del software y hardware en conjunto, y el usuario puede elegir qué tipos de dispositivos utilizará conectados a su ordenador independientemente, en la mayoría de los casos, de su fabricante (a diferencia, por ejemplo, de Macintosh que sólo admite sus propios dispositivos de interacción).


(-) La propuesta de interacción que propone Windows 10 no es original: funciones tales como el “tablero táctil” han sido tomadas textualmente de los dispositivos móviles que interactúan con gestos tales como “pulsar”, “presionar”, “deslizar”, “zoom in” y “zoom out” para ampliar o reducir contenido, etc. También ha emulado el aspecto minimalista y limpio de Macintosh, lo cual podría suponer una ventaja para los usuarios que migren de un SO al otro, pero no presenta grandes rasgos de originalidad al respecto.


EVOLUCIÓN


(+) Windows ha demostrado que sabe cómo adaptarse a las necesidades de los usuarios, evolucionando y retroalimentando esta relación entre interfaz-usuario-diseñador. También ha motivado a desarrolladores de todas las áreas a crear programas y aplicaciones que constantemente son incluidas en el gran ecosistema de los equipos tecnológicos.


(-) A pesar de ser el SO con mayor trayectoria en el mercado informático, ha tenido grandes “huecos” en lo que a interacción refiere (por ejemplo, en Windows 8, donde se modificó sustancialmente la interfaz gráfica), debiendo repensarse sobre sí mismo, e inclusive teniendo que deshacer cambios sustanciales en sus actualizaciones debido al rechazo por parte de los usuarios (por ejemplo, la inclusión nuevamente del botón “inicio” en Windows 10 que había sido quitado en Windows 8).


GRAMÁTICA


(+) La estructura de Windows 10, explicada con una metáfora, es como la de un árbol donde las raíces es el código de programación del MS-DOS, el tronco central es el botón de “inicio”, y las ramas y hojas, cada uno de los programas, aplicaciones y configuraciones posibles dentro de la interfaz. Visto de esta forma, el camino a recorrer por el usuario siempre tiene una lógica vertical y deductiva, lo que propone una interacción dinámica.


(-) Al ser de código cerrado, no es posible que los usuarios modifiquen la estructura, lo que interrumpe en la co-evolución y colaboración que promueven SOs como Linux. En una era donde todo “se comparte” y la oferta de softwares libres abunda, es hora de que Windows reflexione al respecto y ofrezca posibilidades con estas características.



REPORTE FINAL.

Luego de un análisis exhaustivo de la interfaz de Windows 10, y luego de haberlo comparado con sus competidores, de haber establecido sus ventajas y ventajas, y de haber revisado sus antecedentes, veremos cómo se aplican las primeras 6 leyes de la interfaz propuestas por Scolari.


LEY #1: La interfaz es un lugar de interacción.

“Las interfaces son entornos de interacción donde diferentes actores humanos y tecnológicos intercambian información y ejecutan acciones”.

La interacción con el usuario es la principal razón por la que existe Windows. En los tiempos donde las microcomputadoras estaban en mano de un nicho muy reducido de personas, este SO vino a proponer una interfaz gráfica para universalizar el lenguaje, el código, con el que un usuario interactúa con un ordenador.

Por otra parte, Windows 10, al incluir importantes mejoras en cuanto a la accesibilidad, propicia la interacción con usuarios con capacidades especiales, y a su vez estimula la productividad ya que muchas acciones que se ejecutan desde el hardware pueden ser también ejecutadas a partir de la voz y la visión.


LEY #2: Las interfaces no son transparentes.

“Las interfaces son el lugar donde se expresa una densa madeja de procesos perceptivos e interpretativos. En la interfaz es posible encontrar conflicto y cooperación, tensión y colaboración.”

Windows 10 se presenta como una versión mejorada de Windows 8, y en la cual se volvió a un diálogo fluido con el usuario que se había quebrado en la versión anterior. De esta forma, Windows 10 retomó la sintaxis con la que se venía presentando desde sus orígenes, restableciendo de esta forma el contrato de interacción con el usuario.

Sin embargo, Windows 10, al estar constantemente expuesto a virus, se encuentra en situación de vulnerabilidad y conflicto entre la interfaz y el usuario quien debe estar preventivamente atento al bienestar de su equipo informático, y en muchos casos, atento también a tener que buscar por cuenta propia soluciones a problemas que surgen en la interacción.


LEY #3: Las interfaces conforman un ecosistema.

“Las interfaces forman una red, una especie de gran hipertexto en perpetua transformación que ejecuta operaciones de traducción, movimiento y metamorfosis. Podría decirse que la misma existencia y evolución de las interfaces depende de las relaciones que logren establecer con otras interfaces.”

Windows 10 es una interfaz de interfaces, y la naturaleza de su ecosistema consiste en albergar un sinnúmero de interfaces que interactúan tanto entre sí, como con el diseñador y el usuario: partiendo desde el CPU, el mouse o pad, el monitor o pantalla, el teclado, la impresora, los altoparlantes o auriculares, el módem, etc., siguiendo por la multiplicidad y abundancia de programas y aplicaciones compatibles con este SO, y terminando por los actores humanos intervinientes (usuarios y diseñadores). Toda esta madeja de actores humanos y actores tecnológicos se desenvuelven, interactúan, y evolucionan en conjunto desde los inicios de la era digital.


LEY #4: Las interfaces evolucionan.

“Las interfaces evolucionan adoptando, a su manera y de forma desviada, los procesos de variación y selección que caracterizan a la evolución de las especies biológicas.”

Ya hemos visto en los antecedentes la capacidad que tiene Windows para mutar y recombinarse con otras interfaces y así “sobrevivir” dentro del mercado informático. Que Windows 10 haya logrado adaptarse a las necesidades del usuario digital contemporáneo, habla de su flexibilidad al momento de revisar sus variaciones y elegir las más adecuadas en pos de la interacción.

Es importante destacar en este punto, que Windows está respaldado por una compañía que monopoliza el mercado, lo que nos hace pensar que su extinción motivada por la selección tecnológica, por lo menos a la fecha, no es algo que esté en un horizonte cercano.


LEY #5: Las interfaces co-evolucionan con el usuario.

“Nosotros damos forma a nuestras herramientas y luego ellas nos formatean. Vista desde una perspectiva evolutiva (cuarta ley), esta relación de ida y vuelta entre una tecnología, su creador y los usuarios (segunda ley) nos lleva directamente al concepto de /coevolución/.”

Windows nace con la intención de facilitar la interacción entre los humanos y las computadoras, y de acelerar los procesos productivos. Partiendo de esta base, es evidente que el SO ha ido co-evolucionando a lo largo de cuatro décadas junto con el usuario quien, en una actitud activa, fue aportando a esta evolución con sus necesidades y críticas, y a su vez nutriéndose del ecosistema de Windows para retroalimentar la interacción. El aprendizaje sobre esta interfaz permitió (y seguirá permitiendo) la existencia de desarrolladores/diseñadores que estimulan constantemente la co-evolución con sus aportes.


LEY #6: Las interfaces no se extinguen, se transforman.

“NUNCA se puede dar por extinguida una interfaz: antes o después uno de sus actores o alguna de sus relaciones puede reaparecer en otra interfaz.”

Está claro que Windows está lejos de extinguirse, no sólo por su larga trayectoria en el mercado informático, sino también porque el lenguaje de interacción de esta interfaz está replicado en el lenguaje de muchas otras: el símbolo “x” para cerrar una ventana, por ejemplo, existe como código universal en la mayoría de las interfaces digitales; lo mismo sucede con el aspecto del escritorio que tiene Windows, y que emularon los dispositivos móviles de las últimas generaciones.

Sin embargo, no descartamos que, en un futuro posible, debido a la decadencia del uso de PC y computadoras portátiles (mercado que está siendo arrebatado por los teléfonos cada vez más inteligentes), Windows deba buscar la forma de sobrevivir, de adaptarse, a las demandas de los nuevos usuarios.

Pero, lejos de ese hipotético futuro, Windows 10 prepara un nuevo movimiento estratégico en su interfaz de usuario que se dará a conocer a mediados de este 2021. Dice el titular: “Windows 10 recibirá una nueva y mejorada interfaz en 2021” .

 

Hasta acá, el más exhaustivo análisis de la interfaz que supone ser Windows 10.

Ya hemos recorrido cada uno de sus rincones, la hemos visto por dentro, en retrospectiva y con mirada hacia el futuro, y estamos capacitados para ejercer un juicio de valor sobre este software que es inseparable de la empresa que lo creó.

Pero démonos un respiro, una pausa para reflexionar, y volvamos a encontrarnos en la próxima entrega de esta columna para, finalmente, conocer lo que nadie nos dice -y lo que las grandes compañías niegan- respecto a la privacidad en la era de los datos.


¡Gracias por leeros, y que tengas un gran día! :)


Fiore Maceri

Asesora en marketing y tecnología.






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